Las arterias carótidas se localizan a ambos lado del cuello y son los principales vasos encargados de suministrar sangre al cerebro.
Como otros vasos del organismo pueden verse afectadas por la arterioesclerosis, que es la aparición de placas de ateroma en el interior de los vasos (depósitos de grasa) que van disminuyendo la luz y obstruyendo el flujo de sangre.
Los factores más importantes para el desarrollo de la arterioesclerosis son el tabaquismo, la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la diabetes y la edad.
Cuando las placas de ateroma se desprenden y van a la circulación cerebral o disminuyen mucho la luz de la arteria carótida pueden dar lugar a síntomas neurológicos variados, como:
Estos síntomas pueden desaparecer y se denominan accidentes isquémicos transitorios (AIT) o no desaparecer, en ese caso se denominan ictus isquémicos.
Además de la exploración física y de una evaluación neurológica adecuada por parte de los especialistas en Neurología, existen distintos métodos de imagen para el estudio de la enfermedad de las arterias carótidas:
Es el método más inocuo para diagnosticar la enfermedad de la carótida. Permite ver los estrechamientos de la carótida y estudiar la velocidad del flujo de sangre en el punto de estrechamiento, datos que son muy útiles para cuantificar el grado de estenosis.
Son pruebas también no invasivas que no sólo dan información de las arterias carótidas sino también de las arterias del cerebro, proporcionando imágenes muy detalladas de los vasos.
Es una prueba con la que de manera dinámica estudiamos el flujo cerebral en tiempo real. Esta es una prueba invasiva que requiere una pequeña punción en una arteria desde la que se introduce el catéter.
La presencia de síntomas y el grado de estrechez de la arteria carótida puede hacer que exista un riesgo elevado de padecer un ictus y sea necesario realizar un tratamiento para evitarlo.
El tratamiento de elección dependerá de varios factores, siendo el más importante saber si la estrechez de la carótida es importante o ha dado síntomas.
En primera lugar tendremos la opción de la medicación, pero si no hay una respuesta positiva, hay que optar por la intervención quirúrgica (endarterectomía) o colocar un stent en la carótida mediante cateterismo.
Su objetivo es evitar que la estrechez de la carótida aumente y prevenir la aparición del ictus, son fármacos antiagregantes plaquetarios como la Aspirina.
Además se deben controlar los factores de riesgo como la hipertensión, colesterol y diabetes, realizar dieta específica, abandono del tabaco, ejercicio…
Es un procedimiento quirúrgico de cirugía abierta donde la arteria es cuidadosamente descubierta a través de una incisión vertical en el lado del cuello.
La arteria se abre, se limpian los residuos arterioescleróticos y se sutura cuidadosamente de nuevo. La operación puede llevarse a cabo bajo anestesia local o general.
La angioplastia carotídea y colocación de stent en la carótida es un procedimiento de mínima invasión que abre las arterias obstruidas y restablece el flujo de sangre al cerebro.
La colocación del stent en la carótida se realiza mediante un corte quirúrgico pequeño a través del cual se introduce un catéter con el stent hasta la zona de la obstrucción.
Es un procedimiento en el que mediante un pinchazo en la ingle o el brazo se avanza un catéter por dentro de la arteria guiado por rayos X hasta llegar al punto del estrechamiento arterial. Una vez allí se colocará un stent que es una malla muy fina de metal que expande la arteria eliminando la zona estrecha.
En la mayoría de los casos el stent carotídeo consigue resolver la estrechez de la arteria y reducir al máximo la posibilidad de padecer un evento neurológico adverso (ictus o AIT).
Es un procedimiento menos agresivo que la cirugía con estancias hospitalarias más cortas y que en la mayoría de los casos se realiza con sedación y sin necesidad de anestesia general.
Tras el procedimiento se realiza un seguimiento de los pacientes que deberán tomar una medicación para evitar la reestenosis del stent, de igual modo se aconseja cambios en el estilo de vida con el fin de mantener un buen resultado del procedimiento como son dieta saludable, ejercicio regular, control de la tensión arterial, el colesterol y la diabetes así como el abandono del tabaco.
La Sociedad Española de Radiología Vascular e Intervencionista (SERVEI) es una asociación médico-científica, sin ánimo de lucro, fundada en 1987, con el objetivo de promover la formación, el desarrollo, la investigación, el intercambio de conocimientos y la difusión de la Radiología Vascular e Intervencionista (RVI).
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