Aneurisma de Aorta Abdominal

Un aneurisma aórtico es una dilatación del principal vaso sanguíneo que transporta la sangre desde el corazón al resto del cuerpo.

El lugar más común en el que se produce está en el abdomen, por debajo del origen de las arterias que dan la sangre a los riñones. Un aneurisma en esta ubicación se denomina aneurisma aórtico abdominal (AAA).

Debido a la presión que la sangre ejerce sobre esa pared debilitada de la aorta, esta dilatación puede ir creciendo, llegando un punto en el que el riesgo de ruptura es muy alto.

La Radiología Vascular Intervencionista ofrece tratamientos mínimamente invasivos para el AAA

¿Cuál es la frecuencia de un AAA?

Los Aneurismas de Aorta Abdominal afectan entre el 1 - 1,5% de la población general, sin embargo este porcentaje asciende a un 5% de la población de más de 60 años. Dicho porcentaje podría aumentar sustancialmente con el envejecimiento de la población.

¿Quién está en riesgo de sufrir un Aneurisma de Aorta Abdominal?

El AAA se produce con más frecuencia en personas mayores de 60 años, siendo los hombres cuatro veces más propensos a desarrollar esta enfermedad.

Factores de riesgo

El tabaco es el factor de riesgo más importante

Hipertensión arterial

Antecedentes familiares

Raza blanca

Si se cumplen las condiciones de riesgo descritas, se debe valorar la realización de pruebas para descartar esta enfermedad.

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¿Cuáles son los síntomas del Aneurisma de Aorta Abdominal?

La mayoría de los aneurismas de aorta abdominal no presentan síntomas y cuando ocurren pueden ser muy inespecíficos:

Masa pulsátil en el centro del abdomen

Dolor profundo en la región lumbar

El principal riesgo del AAA es la rotura de su pared, ya que ésta ocasiona una hemorragia interna que supone una amenaza para la vida del paciente y requiere tratamiento urgente inmediato. Los síntomas de dicha rotura pueden incluir:

Ruptura de la aorta

Dolor abdominal severo y repentino

Palidez

Pulso acelerado

Boca seca y sed excesiva

Ansiedad

Náuseas y vómitos

Mareos o desmayos

Sudoración excesiva y piel fría y húmeda

Shock

Si se experimentan estos síntomas, se debe acudir inmediatamente a un Servicio de Urgencia.

¿Cómo puedo saber si tengo un Aneurisma de Aorta Abdominal?

Para diagnosticar un AAA es necesario un examen físico y una valoración de los antecedentes médicos y familiares del paciente.

Si se sospecha la presencia de un AAA o se posee un alto riesgo de padecerlo, hay diferentes pruebas de imagen que se pueden realizar para descartarlo.

Ecografía abdominal

Es la prueba inicial más común para diagnosticarlo. Es un procedimiento seguro, indoloro, de fácil disponibilidad y completamente inocuo para el paciente.

Tomografía computarizada (TC)

Es una exploración que utiliza rayos X y un contraste intravenoso que se introduce por una vena del brazo. Suele ser necesaria para planificación del tratamiento.

Resonancia magnética (RM)

Es una técnica de imagen que utiliza un campo magnético de alta intensidad. Generalmente se utiliza en casos de alergia a contrastes yodados o pacientes con insuficiencia renal.

Ecografía

TC sin contraste

Resonancia Magnética

Imágenes de un Aneurisma de Aorta Abdominal de un mismo paciente estudiado con diferentes técnicas de imagen: ecografía, Tomografía Computarizada (TC) sin contraste (por alergia al mismo) y Resonancia Magnética (RM).

Un aneurisma de aorta se desarrolla lentamente a lo largo del tiempo y presenta muy pocos síntomas

¿Cómo se trata el Aneurisma de Aorta Abdominal?

Si un aneurisma es pequeño puede no requerir tratamiento, únicamente vigilancia periódica para determinar que no esté creciendo. Algunos aneurismas permanecen pequeños con un tamaño estable y no suponen riesgo para el paciente.

Cuando un aneurisma alcanza un cierto tamaño (5,5 cm en la aorta abdominal) o bien crece más de 0,5 cm en un periodo de 6 meses, su tratamiento es habitualmente necesario para evitar su ruptura.

Hay dos maneras de tratar un Aneurisma de Aorta Abdominal (AAA):

Reparación quirúrgica convencional

El tratamiento tradicional es la realización de una intervención quirúrgica mayor en la que un cirujano cardiovascular abre el abdomen hasta llegar a la arteria enferma, una vez allí reseca el aneurisma y lo sustituye por un tubo sintético. Al eliminar el aneurisma y se elimina el riesgo de rotura.

Esta cirugía es una intervención mayor que requiere anestesia general, ingreso hospitalario y precisa unos 3 meses hasta la recuperación completa del paciente. La mortalidad perioperatoria de esta intervención está en torno al 5%, si bien requiere menos controles posteriores y la tasa de reintervención es más baja.

Reparación endovascular

Esta intervención es mínimamente invasiva. Generalmente no requiere anestesia general, únicamente local o regional. Consiste en la introducción de una endoprótesis (un stent metálico con una tela) a través de una punción o mínima incisión en las ingles. Mediante guía por Rayos X y tras la inyección de un contraste yodado, la endoprótesis se coloca de manera muy precisa en el lugar adecuado para excluir el aneurisma.

La mortalidad perioperatoria, el tiempo de ingreso hospitalario y la recuperación postoperatoria son mucho menores que con la cirugía tradicional. Generalmente a los pocos días se puede estar haciendo vida normal.

La decisión final para tratar un aneurisma y el método más adecuado dependen de múltiples factores, incluyendo la naturaleza del aneurisma, la anatomía del paciente y el estado general de salud, que determina su riesgo anestésico.

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